La vida y la obra de un púgil sin contrincante

Yo no pedí estar aquí. Yo no pretendo entenderos ni que me entendáis. Yo no pretendo pasar a la posteridad; tan sólo, que me dejéis hacer mi vida, por extraña que os resulte...

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Lugar: Torrox, Málaga, Spain

30.11.06

PESOS PESADOS...

Ya es un hecho. Mis peores temores se confirman... me operan en unos días o semanas y mi vesícula biliar pasará a la historia. Lo que empezó como un dolorcillo punzante el mes pasado, se ha revelado como un cálculo o piedra de 9.2 mm a la que he tenido el gusto de bautizar como "Dorotea". Y a mi que me la quiten o no me la trae al pairo, oiga. No me asustan los quirófanos, ni las agujas ni las anestesias ni las cicatrices.

Pero lo que realmente me quita el sueño, lo que realmente me hace estremecerme la pernera abajo... es la DIETA que vendrá después. Adiós al cacao y derivados. Adiós a la carne de cerdo. Adiós al marisco (y la navidad encima...), a los frutos secos, a la leche, al café...etc.

Mi buen amigo y ex-compañero Poli Díaz me enseñó que de todo lo malo hay que sacar algo bueno (él nunca se lo aplicó, obviamente), así que he decidido ir preparándome psicológicamente y tomármelo con filosofía y paciencia, y aprovechar esos meses postreros a la intervención para recuperar mi antigua forma y, quién sabe, replantearme mi vuelta a los rings... Calculo que, concluída la etapa de adaptación, mi físico podrá volver a lucir así:




Anoche, sin embargo, tuve una pesadilla jodidísima...

Arnie, el gobernador, me mandaba un sms para invitarme a pasar unos días en su villa californiana. Como pagaba el avión y mi agenda de citas estaba más vacía si cabe que mi nevera, me dije que no era tan mala idea tomarme unos días. Y luego, ya se sabe cómo pasan estas cosas: que si yo levanto cincuenta quilos, que si yo sesenta, que si no hay cojoncillos, que si a mi no me vengas con esas, que si ahora te haces tú el batido de proteínas mientras yo voy a por los DVD's, que si mira como muevo las tetillas al compás de Georgie Dann... lo típico; que a los cinco días ya me veía de esta guisa:


Era como una droga, no podía dejarlo... A las dos semanas me sentía como una tripa de chopped embutida en plástico industrial. Iba a reventar...

Desperté empapado en sudor (y no en aceite corporal, afortunadamente...) y con un ligero dolor abdominal (el de mi ÚNICO abdominal, hipertrofiado a conciencia a base de lomito adobao y buenos potajitos...). Dorotea reclamaba mi atención.

Creo que le he cogido cariño. Pediré que me la guarden en un tarrito con alcohol.

Y, ya de paso, iré anulando de mi mente esa suscripción en el gimnasio que tenía planeada para febrero...

(Nota: la VIGOREXIA es un trastorno alimenticio muy jodido. Ojito y hacéroslo mirar. Los gorditos también tenemos derecho a intentar triunfar...).

LO EFÍMERO...

Qué poco le ha durado al Buenafuente la nueva cantante de la Banda… Lo cierto es que encontrar una sustituta digna de Monica Green tampoco era tarea fácil, pero es que a la pobre criatura (¿alguien recuerda su nombre?) ni le han dejado cantar un par de estrofas seguidas. Joan y Fran se encargan ahora de dar las ráfagas, y no lo hacen del todo mal. Por ahí un amiguete de esos que se fijan en todo me cuenta que en uno de los planos aéreos que cogen cuando van a publicidad, en un programa pocos días antes de que la chica desapareciese misteriosamente del “staff”, se les pudo ver a los dos haciéndole gestos raros a la vocalista (pensarían que estaban fuera de imagen, y de ahí el mostrar sin pudor su cabreo) justo cuando ella no terminaba de marcar bien el tono.

Y luego, nada más. “Show must go on”, y de la rubia chillona, ni flowers.

Podríamos ahora comenzar con una amplia enumeración de casos similares, pero creo que el tema está ya muy manido. Todo el mundo pone los mismos ejemplos, o muy similares… ¿Recuerdan a “Objetivo Birmania” y su (único) hit “Los amigos de mis amigas son mis amigos”? Pues eso, seguro que no quieren más ejemplos de este tipo…


Me proponía hablar (y ejemplificar simplona y ramplonamente, como arriba) sobre lo efímero. Y lo necesario de lo efímero. Y lo cruel de lo efímero.

Cuantos tópicos… “lo bueno, lo grandioso, es efímero… ¡qué putada!”… O no.


El orgasmo es efímero. Afortunadamente. Tal explosión hormonal, tal derroche energético nos fulminaría y llegaría a poner nuestra vida en peligro si se prolongara durante demasiado tiempo.

La fama es efímera. Eso algunos quisieran, esos a los que su irritable falta de puntualismo les ha causado tantos quebraderos de cabeza.

Nos lamentamos de que las cosas que anhelamos son, sino utópicas, efímeras. Y parecemos no darnos cuenta de que las lacras son persistentes per se: violencia, capitalismo, egoísmo, envidia, cinismo…


¿El amor? El amor es una broma muy, muy pesada… y poco efímera.

29.11.06

CAFÉ SOLO/A...

Mil y una veces se ofreció a invitarme a tomar un café. Lo nuestro ya había acabado hace tiempo. Sólo era sexo, pero al final, alguien acaba siempre enamorándose… y estropeándolo todo.

Mil y una veces la planté. Ella ya había decidido volver a unir su destino al de una bestia que la ninguneaba. Quizás el miedo a acabar sola aceleró las cosas.

Quiso que yo le prometiera un reino. Pero a mí nunca me ha tentado el poseer ni un solo peñasco de la tierra que piso. Quizás pensó que podría volver a reír conmigo, en clandestinas escapadas necesariamente ocultas.

Supongo que ella aún me quería.

Yo no.

28.11.06

Demian se queda mamando...

Odio a ese crío.

Pensaba que tenía instinto paternal hasta que sus padres se mudaron al bajo de al lado. Durante casi un año ese apartamento contiguo al mío ha estado vacío, lo cual me ha permitido notables “excesos” (sobre todo en invierno, cuando la urbanización está casi vacía…) musicales, televisivos y, en ocasiones, etílicos. Pero eso se acabó.

Desde que eran pequeños, he acostumbrado a mis gatos (primero “Q”, que murió, y ahora Lucas) a salir y entrar a sus anchas de la casa, por un hueco en la ventana. Los adiestraba y así todos salíamos ganando: ellos disfrutaban del jardín a sus anchas y hacían ejercicio; volvían, por así decirlo, a un “asilvestramiento” que les era muy beneficioso para despertar sus instintos de caza o reproducción. Yo, por mi parte, me ahorraba el gasto de la arena absorbente y los consiguientes olores en la época de celo.

Todo era perfecto. Hasta que llegó el puto niño.

No para. Es ODIOSO. Lucas y él sintonizaron (cachorros ambos) y el maldito gato se ha acostumbrado a entrar dentro de su casa y, en ocasiones, incluso a pasar noches enteras ahí, con mi consiguiente preocupación (máxime después de haber ya vivido en carnes un “gaticidio”…).
¿Sus padres? De puta madre, oyes, para qué van a evitar la situación. Ellos tienen al crío entretenido (tiene unos tres años) y los gastos del bicho corren a cuenta del vecinito noctámbulo con las barbas de al lado. Además, se amparan en la barrera idiomática (él es italiano y ella inglesa) para entablar poca conversación. Lo que no saben, por su bien, es que domino el inglés y, especialmente, las frases sarcásticas, irónicas y las pullas.

He intentado arrestar domiciliariamente a Lucas durante unos días, a lo que él ha respondido destrozando (presa, imagino, de ataques de ansiedad) todo el mobiliario a su alcance, así que he desistido y he vuelto a abrir la ventana.

El jueves pasado, mamaíta me paró en el jardín con un “We have to talk about your cat… He’s always in my house… For me, it’s not a problem (ya, ya…me imagino, cacho zorra…) but, it’s your cat, and I feel bad… (y una mierda pa ti)”. Yo me quedé un poco sin saber qué soltar y dije: “And what can I do? If your child is happy, and, most of the time, I’m working out of my house… it’s good they’re together…”.

Ya me he vuelto a cagar en los “corsonsillos”… Eso pensáis. Pero no, jaja… pronto llegará la época de celo, amiguitos. Lucas comenzará a marcar sus territorios y sus maullidos alcanzarán niveles acústicos sencillamente estresantes. Pronto, serán ellos quienes cierren sus ventanas y coloquen por fin al “Demian” de su niñato el bozal y la cadena que debieron entregarles de serie en el paritorio… Y Lucas volverá a casa por navidad (oigs, qué tierno será todo…).

Por mi parte, yo sigo creándole traumas al anticristo de ojos claros. El otro día, al más puro estilo “Torrente” abrí sorpresivamente las cortinas (él no se esperaba que estuviera en el salón) y, cogiendo al felino le espeté: “¿Qué, gañán, te gusta el gatito de los cojones? ¡Pues cómprate uno!”.

Jua, jua… los alaridos se escucharon desde el pueblo de al lado…

27.11.06

LLUEVE...


Llueve. El despertador sonará dentro de unos treinta y cinco minutos, pero yo ya estoy despierto. Inmóvil. Paralizado. Seducido por el ruido (música celestial) de las gotas contra la ventana de la habitación. Empieza a clarear, pero apenas es perceptible. Este es el mejor momento del día. Desearía que hubieran quedado más minutos hasta que el estridente sonido de mi despertador digital inundara la casa. En este estado de semi-vigilia-sueño no tengo temores, no hay vacilaciones.

Soy absolutamente incapaz de mover ni un solo músculo, pero lo percibo todo. Tengo una cama de un metro y medio de ancho y, aún así, duermo hecho un ovillo en el lado derecho, como cuando dormía con ella hace ya tanto tiempo. Consigo estirar el brazo izquierdo hacia atrás, y palpo con la palma de la mano sobre la superficie fría del edredón. Nada.

Huele raro. Sabe raro. Cinco minutos más…

No. Hoy no.

Ahora llueve con más fuerza sobre el cristal. Arriba. La cafetera ya estaba preparada desde la noche anterior. El silencio es abrumador. Lo rompo con un traspiés y un golpe contra una silla del salón. Mierda. Duele. ¿Dónde está el interruptor de la luz? Aquí.

Mi mente funciona a base de automatismos: cafetera-fogón-fuego-tele-sofá-estufa-gafas-zapping-borboteo-fogón-APAGAR-taza-azúcar-leche-remover-reposar-cuarto de baño-ducha rápida-toalla-taza-cigarrillo-QUEMA…

Sigue lloviendo. Bajo el volumen de las noticias para deleitarme unos segundos. Con la última calada. Con el antepenúltimo sorbo. Volveré a encenderme otro en unos minutos. Son siempre dos con el primero de la mañana. No me importa que se esté enfriando ya.

Cuando no era yo solo, los desayunos eran más entretenidos… incluso había algo que masticar…

Suena el despertador y rompe la paz. Me apresuro a apagarlo. Empiezo a ser un poco más persona…

¿Qué me pongo hoy? Da igual. Lo primero que coja limpio estará bien. Tengo que poner una lavadora cuando vuelva. Que no se me olvide. Y el jodido gato no tiene comida. Mejor lo anoto.

Apuro el segundo, casi con pena. En la pantalla ponen la previsión del tiempo. Parece que este regalo del cielo va a ser efímero. Mañana o pasado volverá a picar el sol en pleno diciembre. Odio este sitio tanto como lo amo.

Una última revisión a los papeles. Chaqueta de pana fina. Joder, ayer mismo fregué el suelo a conciencia. Cuando vuelva, se llenará de marcas, por el agua. Subo al coche; odio conducir el coche, pero no queda más remedio. Conecto la radio:

“Bienvenidos a otra mañana de sábado con la mejor radio…”.

Mierda. Mierda. Mierda…

26.11.06


Estimada Mía:

Sólo unas líneas, a la vieja usanza, para pedirte PERDÓN por las cosas que nunca hice. Son, sino las únicas, de las que más me arrepiento. Y es que mucho me temo que las que hice ya no tienen disculpa.
Sólo unas lágrimas, ahora que la enfermedad me arrincona, por la tristeza de no ser tú quien me tome la mano cuando sufro. Por no poder yo tomar la tuya cuando ríes y eres feliz.
Tengo mi penitencia. Expío mis pecados, estoico y resignado. Y sueño con las horas de solaz. Con tus ojos mirando esperanzada mi perfil. Con tus manos, invocando en mi cuerpo a los hados. Solo. A mi lado no hay nadie.
Sólo unas líneas, al viejo estilo, para pedirte PERDÓN por los días en que no estuve, estando. En que te besé, sin besarte. En que te oí, sin escucharte. En que te supliqué, sin derecho alguno.
Querida. Amada mía...
(Nota: fotografía de Manu Coloma)

25.11.06

ALEGATO CONTRA LA RUTINA (Para Isabel…)


Tenía un compañero que era el vivo paradigma de la rutina (un chaval al que admiro y que era y es de puta madre, por cierto…). Todas las mañanas celebraba su particular liturgia a la hora del desayuno y el posterior cepillado de dientes. A veces, si aun faltaban unos minutos, según su sincronizado reloj, para salir de casa a la hora exacta que él tenía planificada, se sentaba en el sillón a mirar el segundero y a esperar a que alcanzara su lugar exacto en la esfera del reloj. Yo, y no exagero, muchas veces me guiaba por sus movimientos; me llegaban a resultar más fiables que mi cronógrafo…

Si afinabas un poco más, incluso podías llegar a adivinar el día del mes que era, aunque, por ejemplo, te hubieran metido dos semanas en una celda de aislamiento antes y de repente te soltaran en nuestro piso. Malas lenguas afirman que hasta tenía escrupulosamente anotadas las noches de la semana en que se masturbaba, y que no rompía ese ceremonial por nada del mundo; aunque yo nunca me lo creí, conste.

Isabel me manda su foto en tono sepia, y explica: “…para romper con la rutina, más que nada…”. Bravo. Parece algo nimio y sin importancia, pero tiene razón. La diversidad cromática también puede llegar a ser mortalmente monótona.

No estaría mal, imagino, que nuestro cerebro articulara mecanismos para, aleatoriamente, hacernos ver el entorno en determinadas longitudes de onda concretas. Así, dejaríamos de estar constreñidos por el “visible” y, por ejemplo, dos días al mes ver en el rango de “infrarrojos”; otros cinco, en “ultravioleta”; otros más, en tonalidades fucsia o verde pistacho, o amarillo lima… no se. Quizás así, al no poder distinguir un matiz claramente identificable de color en los rostros, en las manos de los demás, nos volveríamos menos prejuiciosos; menos racistas, si cabe.

No satanizo los comportamientos rutinarios, ojo. Si vuelvo al caso de mi compañero, él era y es un tipo feliz, un tipo con su propia personalidad y humor. Un tipo que cae bien. Interpretó que el camino idóneo para llegar a triunfar y a hacerse un hueco se cimentaba en una disciplina y unos hábitos que en ningún momento nadie le impuso. Y va por buen camino, doy fe.

Pero satanizo esa imposición precisamente. Satanizo cualquier tipo de imposición. Cualquier tipo de convencionalismo.

Busco “sociopatía” en el diccionario de la Real Academia, y el término no figura. Así que me tengo que ir a otro diccionario de una Academia de la Lengua de una Comunidad Autónoma (existe) y me contento con la siguiente definición:

"Trastorno básico de la personalidad que se manifiesta con comportamientos
antisociales y problemas de inadaptación social; por ejemplo, en casos de
criminalidad, delincuencia, toxicomanía, alcoholismo, etc.
A diferencia del
psicopático, las conductas antisociales del sociópata dependen de factores
socioculturales más que fisiológicos.".


En Japón, a un síndrome relacionado con esta definición se le conoce como el “Síndrome de Hikikomori” (ver el primer post de este blog). En una sociedad de rutinas y costumbres, no estar a la altura se convierte en el peor de los pecados. El aparente aperturismo de este país, parece ser que no lo es tal de puertas para adentro. Allí, tu sueldo en una determinada empresa y en un determinado puesto de trabajo e, incluso, tu pensión de jubilación, dependen de tu nota de la prueba de acceso a la Universidad. Si bajas unas décimas, eres una auténtica “vergüenza” para tu familia. Si te niegas a plegarte a determinadas reglas del juego que “siempre han sido así”, eres el objeto de la mofa y el escarnio. Con trece, catorce o quince años, ni tú ni nadie puede soportar tal presión. Los chicos y chicas se atrincheran en casa, en una habitación… y ya no salen más (hay casos de reclusión voluntaria que han acabado en fallecimiento) o salen muy mal parados. Los padres, los hermanos, no buscan ayuda, porque eso significaría airear el problema y estar en boca de los vecinos; así que pasan comida y elementos básicos al “Hikikomori” para que subsista, y no abren la boca.

De juzgado de guardia…

Isabel no es feliz con su rutina. Pero hay que comer todos los días; ella se adapta, subsiste y no se acomoda. Y, de cuando en cuando, también se fotografía en sepia para “romper con la rutina”. Con un par. Los cambios consisten en pequeños actos encadenados, no en explosiones atómicas cuya onda expansiva, al final, no deja nada en mundos a la redonda para partir de cero. Al igual que el mayor dolor es el de intensidad baja pero continuada, el que parece que nunca cesa.

24.11.06

CUANDO ME ENTRA... ME ENTRA.


En las noches normales, suelo ser un ex-púgil de los pesos "moscarda" entregado al cuidado de mis plantas de plástico, la descongelación de las vituallas del día venidero y el cepillado del pelo de Lucas, mi "gato-más-negro-que-el-tizón".





Pero si, consultada la página del Instituto Nacional de Meteorología, la previsión del tiempo arroja resultados anticiclónicos quetecagas, una temperatura más que agradable y solano quema-retinas. Si, además, se trata de la noche de un viernes o de un sábado, entonces mando al gato a freir espárragos y, presa de una gran excitación, comienzo a incrementar mi ritmo respiratorio, poniendo caras abotargadas y tratando de controlar por todos los medios el proceso destructivo para con mi entorno de mi metamorfosis incipiente...


No se cuánto dura esta transformación, ni si, durante su transcurso, seres queridos o no tan queridos resultan dañados de forma, aclaro, totalmente involuntaria por mi parte. El caso es que, a las nueve de la mañana de la jornada postrera, me encuentro y reconozco de esta guisa, con un casco en una mano y las llaves de una motocicleta en la otra:

Y soy libre. Durante 250, 300 o 350 kilómetros... soy libre...

(Post dedicado a mis compañeros del grupo motero "Los Gorriones" de Torrox... quillo, ¿pa dónde tiramos este finde? Un abrazo, AMIGOS).

23.11.06

ARCHIVO: EL ARTÍCULO DE LA DISCORDIA...

Yo no quería, de verdad. Me resistía a hacerlo, aunque lo deseaba, porque una de dos: o se me iba a acusar de intentar imitar a cierto bloguer de fama mundial; o la iba a liar con mucha gente que conozco.

Pero una conversación con mi musa favorita esta tarde me ha terminado de convencer de que era el momento de desempolvar del archivo este famoso artículo de la revista Réquiem escrito por “Floris Páter” en 1998. Transcribo fielmente:



“RÉQUIEM HABLA DE: NIÑATAS DE HOY. 15 AÑOS TIENE MI AMOR.

¡Qué bien y qué bonito las niñatas de hoy! Fuman rubio, beben light y aprueban todas en junio. Y si no, no pasa nada, porque papi paga la academia. Y encima están buenísimas, tiernas, y siempre con el culito apretado, sabiendo que las miran, luciendo el palmito, poniéndonos cardíacos… Y lucen top, y les queda bien, y llevan pegatas ecologistas, y colgantes hippies, aunque no tengan ni puta idea de lo que entraña esa palabra. Y van a moragas, y pillan ciegos, y siempre tienen novio, aunque una vez le pusieron los cuernos, pero no tiene importancia porque él nunca se enteró, y además, ella iba borracha, ¡claro que sí!

Y motitos potentes que pone “MANGO”, y que siempre salen más rápido que tú en los semáforos. Y quedan después de clase los jueves, para fumarse un porrillo en los aparcamientos de la urbanización, y se remangan hasta los hombros y toman el sol en la hierba y fumando hierba, y juegan con las llaves hablando de lo bueno que está el hermano mayor de alguna, el que toca en un grupo, el duro, el de la moto antigua y negra, siempre sin afeitar.

Y se duchan para salir con el radiocassette en el W.C. y música cañera. Y la ponen fuerte para que los vecinos sepan qué música tan chula tiene, y qué guay que es ella, que todos los viernes a la misma hora les deja escucharla. Y dice Iván que ellas creen que hacen un favor a la humanidad.

Pero esto durará poco tiempo, porque pronto crecerán y sufrirán la metamorfosis, pasando de niñatas a chulas perdonavidas y a decir “ossea” y “no me entiendes, tía” y también “¿sabes lo que te digo?”, y “paranoia” y “sub-pop-underground” y cosas así.

Y no entienden a las que no son como ellas y entonces todas las demás son las pringás, y ellas se ven las guays, las partidoras, las irresistibles, las mujeres fatales. Y todo porque se les mira mucho, y llaman la atención, y ellas lo saben, y les gusta, aunque se digan entre ellas “qué agobio de peña, no dejan de mirarme el culo, y eso que hoy no me he puesto las mallas que me compré el sábado…”.

“C”, no te cabrees, mujer, es una relación morbo-odio… no soportamos su intelecto, ni su forma déspota de fumar perdonándonos la vida. Pero aunque no nos gustan, son proyectos de mujeres que volverán locos a muchos. Y ya está aquí el calorcito, y a ver con qué nuevos modelos nos sorprenden este año. ¿No será que te sienta mal porque conoces a alguien cercano que coincide con la descripción? Tú nos llamas “salidos”, pero yo digo que más “salido” es el que mira y no lo dice. Bueno, sí lo dice, pero frente al espejo, en su casa, y con un hilo de voz, haciendo no se qué y pensando en lo que vio, mientras en el cuarto contiguo, la familia observa aburrida cómo 78 individuos con monos a rayas se lanzan discos de playa a los que han insertado cuchillas de afeitar, para poder salir en el “Qué Apostamos”, y baten el récord porque la palman no más de 6 y sólo 4 han perdido un ojo.

Yo creo que a esa edad hay niñatas bakalaeras y niñas normales, que leen a Bequer, a Neruda, a Tom Sharpe y consultan el diccionario para algo más que para buscar el significado de “teta”, “coño”, “clítoris”… como hacen los niñatos, aunque de esos, ya hablaremos otro día…”

Pero nunca llegamos a hablar de ellos… era (y es) la GUERRA.

Lo doloroso del asunto es que, a pesar de que en el título se usó el estribillo de la canción del Dúo Dinámico, el “objeto de estudio” del artículo eran chicas entre 18 y 30 años. Acribíllenme (o no) con sus comentarios… estoy psicológicamente preparado.

(Nota: puse "niñatas" en el buscador de imágenes del Google y apareció esa foto... no me culpen a mí...)

22.11.06


Kiwi! (Rafa, ¡dame otra oportunidad...!, snif)

Soy un gilipollas redomado... durante un par de minutos tuve a mi ídolo al otro lado del Messenger. Rafa Fernández, el "ezcritor", el semidios al que leo todas las mañanas antes incluso que mi propio correo o que los periódicos por Internet... la persona cuyo blog y cuya página me animaron a crear este humilde espacio... Rafa tuvo a bien agregarme, y tuvo a bien responderme cuando pregunté si realmente era él...

Y yo he quedado como un auténtico gilipollas, y sólo he acertado a preguntarle por Anaís y a comentarle que estaba precisamente viendo unos vídeos de Wildrose en el Youtube... ni siquiera le he preguntado cómo estaba, cosa que ha tenido que hacer él...

Esta misma tarde he estado viendo uno de sus vídeos ("La zoledad del ezcritor" concretamente; muy divertido). Tenía todo planeado para cuando llegara este momento: quería iniciar una amena conversación sobre literatura, preguntarle si él también había leído a Bradbury; hacerle un sesudo comentario sobre sus Diarios Secretos... hablar de tías buenas y compartir alguna experiencia o anécdota divertida... y me he meado en los pantalones como un puto niñato, y me he bloqueado. Sólo he acertado a preguntarle por su perra (pero es que me mola Anaís, qué puedo hacer...).

Dos minutos después, de repente, el ídolo de la red ha desconectado. Quizás estaba ocupado, pienso para consolarme... o quizás me ha fulminado directamente de su lista de contactos, al no estar a la altura... no sé. Creo que tendré que comprarle una "camizeta" para expiar mi idiotez...

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Hablando de idiotez: ya en otro post hacía alusión a una frase del film de Ventura Pons "Amor Idiota", protagonizado por Santi Millán y Cayetana Guillén. En aquella ocasión, sólo pude ver los minutos justos de metraje en los que aparecía la cita, pero esta tarde he podido ver toda la peli entera. Si hay lectoras al otro lado, sólo quería deciros que jamás hasta hoy me había sentido tan identificado con un tipo como con "Peralluch", el personaje de Santi, así que si en algún momento de vuestra vida os apetece que un estúpido os de la brasa, os siga con la moto, os saque cualquier tipo de conversación en el momento más inesperado y le mole el riesgo en asuntos sexuales... la sección de comentarios de los post está abierta.

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Marta... qué hallazgo... (aunque, a decir verdad, fue ella quién me encontró a mí en la Red, dejando un comentario). Hoy me he tomado la gratísima molestia de leer todos sus posts para ponerme al día, y lo he hecho en orden cronológico. Ella ha dado con la clave: los que no sabemos pintar, ni rimar, ni esculpir, ni cantar... pintamos, hacemos poemas, esculturas y bellas canciones también a través de este medio, del weblog. Con nuestras líneas, nuestros iconos, nuestras expresiones, nuestros vínculos (por cierto, gracias por descubrirme a los cogedores de caracoles, jeje...). El arte (aparte de morirte de frío) como medio de expresión, camaleónico, mutante, misceláneo, catártico...

Supongo que ya empezará a extrañar que hable tanto últimamente de ella... Disfrutad de su blog y votadlo en sus categorías cuando llegue el momento.

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Tengo problemas a la hora de ir al baño desde mi visita al Hospital y desde mi enganche a las pirulas que me recetaron... Le comento al gran Mike que me voy a zampar un par de kiwis con un yogur y, como por arte de magia, aparece en la selección aleatoria del Youtube esta animación de abajo. Evidentemente, la pincho y la veo. Y hago algo que me prometí no hacer nunca (pero es que en este caso merece la pena): linkar un vídeo.

Rafa: este bichito también lucha por sus sueños. Con todas las consecuencias:



(Creo que yo lloré más que el kiwi...).

21.11.06

EL JUSTICIERO DE GREEBLECH...

Para los chicos de Greeblech, Horatio Caine es como el Charles Bronson al que adoraban nuestros padres en la era de los futbolines y las máquinas de petacos.

Horatio no llora; Horatio no ríe; Horatio siempre tiene una respuesta cortante en el momento justo. Horatio no se folla a la mujer de su hermano, aunque ella crea que él está muerto y no parezca que vaya nunca a volver a escena... él es un tío legal; ni se tira a Marisol, la hermana de Delco porque no quiere entrar en conflictos con un subordinado... a veces, Horatio también tiene cosas de gilipollas... nadie es perfecto. Pero él roza el concepto.

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Odio que a un tipo como David Caruso, curtido en mil batallas como soldado secundario de filmes o grandes seriales policíacos, un tipo que ha demostrado tener también una faceta dramática y, a veces, entrañable, se le reconozca al fin a través de un papel tan radicalmente detestable y poco recordable. Al mando de sus secuaces pijos-siempre-bien-vestidos-fibrados-bellos/as-musculados, las pruebas aparecen como por arte de biribirloque ante las narices (incluídas bolsas con "zip" llenas de cigarricos de la risa... lo juro, ha salido en el episodio de hoy...); y Caine parece poseedor no ya de un sexto sentido, sino de un sextuagésimo sentido que NUNCA le falla y siempre le conduce hasta la correcta interpretación (de entre las millones de posibles) de la escena del crimen.

Creo que Caruso, en el plano artístico, no se merecía un "canto del cisne" catódico tan poco creíble y verosimil. El personaje de Grisom (Petersen) resulta casi, por contra, abrazable; el de Mac (Sinise, el mítico Sinise...), al menos no es absolutamente imperturbable ante su entorno ni sus emociones.

Leer en la red que alguien "...odia al zanahorio recalcitrante de Horatio..." no es muy agradable para un teleaficionado que siempre había admirado a ese poli (casi siempre irlandés, of course...) y su carita de no tener ni puta idea de por donde se la estaban colando (eran otros tiempos; era otra tele...).

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Pero si hay algo que odio es cuando descubres que un grupo que te revuelve los jugos gástricos (en mi caso Amaral; o, mejor dicho, el Amaral "de ahora"), ha dado con esa combinación de acordes que llevas meses, años deseando escuchar; la que te hace vibrar, la que probablemente tú, y tras mucho esfuerzo (o fruto de un momento creativo puntual) habrías también conseguido... y la destroza con sus pamplinadas de letras de niña grande que no sabe lo que quiere ni lo va a saber en su futil y anodina vida; y entonces, todo se acabó: ya nadie usará esa combinacion, atemorizado por la amenaza de la acusación de plagio o por (no se qué es peor...) la previsible comparación...

Aghhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!

¡Horatio, ponte las gafas, saca la pipa y vuélvete majara; nos vamos de cacería a la gira de los maños...!

Ja, ja, ja, ja... (insisto: me pica de lo malo que soy).

20.11.06

UNA PIEDRA EN EL CAMINO… (y en el conducto biliar).

Soy un viejo de 27 años…

No se quién, hace no mucho, me preguntaba (haciendo gala de una gran mordacidad y manejo del doble sentido y la ironía… y de un colosal hijoputismo, por cierto) “¿Qué, cómo vas con tus achaques de juventud?”.

JA…JA.

El caso es que cada vez que me veo en el Hospital, me molo más a mí mismo. Soy capaz de sacar toda la paciencia que albergo en mi interior, y todo el buen rollo que normalmente no muestro. Y es que no me queda otra, teniendo en cuenta que el destino siempre hace que me metan en la sala cuando más tétrico es estar allí. Entre otros, tres amagos de infarto, un cuadro de apendicitis, un caso de violencia doméstica y un accidente de tráfico… y yo, con mi vía abierta en el brazo, chutándome Buscapina para mi humilde, vulgar y nada original cólico biliar, acojonaíto en un sillón.

De repente, entra un celador y avisa a la enfermera friki: “Viene para acá una ambulancia con una abuela de… 102 años!!”. Todos, obviamente lo oímos (estos se llegan a creer que pueden ser discretos…), y un sentimiento como de no querer ver al vejestorio mutante se apodera de la sala… Pero entra “Paquita” (que, según las matemáticas, tenía ya 32 años –más que yo hoy- cuando empezó la Guerra Civil), lozana, más fresca que una lechuga, con una dicción y una lucidez digna de record Guiness, y diciendo que no es para tanto, que lo que pasa es que “como ya hace fresquillo, mire usté, estaba buscando una camisetica de invierno, me he mareao y me he dao un porracillo en la frente…”. Y es cierto, es sólo eso. Paquita llega de las últimas, y se va de las primeras.

La doble de la madre de Norman Bates en “Psicosis” que está a mi lado, mira a Paquita con los ojos vidriosos, y luego mira con asco a su pobre madre (enferma de Alzheimer) que está recostada y sondada en la camilla de al lado, y que debe tener unos ochenta años… “Mírala, que da gusto verla… y no como ésta, que da pena…” me dice en voz bajita.
La apuñalo con la mirada, quisiera levantarme, agarrar uno de los bisturís que guarda la enfermera friki en el armario y clavárselo en una arteria, para luego vaciar la bolsa de la sonda de su madre sobre su estirada cara de mala hija desagradecida… pero pienso que se me va a salir la vía y que al “enfermero del chicle” no le va a hacer mucha gracia volver a pincharme. Total, que la apuñalo con la mirada y punto. Ya le llegará su hora.

La mujer con el pelo teñido de morado (puesta de cocaína hasta las cejas; para saber eso no hace falta ser médico, ni enfermero…) parece eludir algo y cambia constantemente de ubicación, y torea, insulta y descalifica constantemente a la pobre enfermera del maquillaje extraño, y al médico hippie de las Adidas. Claro, elude el análisis de sangre u orina que la desenmascare. Su ojo derecho va a juego con su pelo. Se acerca al sillón número 8 (yo estoy en el 9) y susurra, refiriéndose al personal del Hospital: “…para dos que haya humanitarios, quedan tres a los que se la suuuuuuuuuda…” (léase con pronunciación floja…). Joder, a todos les da por mi… Yo pienso en decirle: “Bueno, es un 40%... no está mal si lo comparamos con otros países que ni siquiera cuentan con Seguridad Social…”. Pero prefiero no malgastar ese rápido cálculo mental con alguien que, sin que le hayan preguntado, empieza a presumir de que “su hombre la chulea, sí… ¿y qué?”. Además, lo que dice no tiene sentido: yo soy testigo. Nadie en esa sala, desde que estoy allí (y ella entró un poco después) la ha tratado mal. Más bien al revés… Se que es la semana de la conmemoración del Día contra la Violencia de Género y tal, pero no voy a profundizar en este tema ni en los sentimientos contradictorios que me proporcionó tal encuentro. Cuando yo me fui, ella aún seguía allí. No se qué pretendía, ni si alguien vino a buscarla.

Encuentro en el sillón 14, enfrente, un aliado: un panadero de mediana edad y simpaticote que lleva ya unas nueve horas allí (intentan controlarle una arritmia, y la cosa va lenta) y que le pide al “Vilches” de turno que le cambie el suero por un caldito de pollo con albóndigas, que lo mismo la arritmia ya se la está empeorando el hambre. Ambos, si no patología, compartimos el mono del tabaco, e ideamos entre risotadas absurdos planes para escaparnos y fumar un pitillito en cinco minutos, o para meter algo de nicotina en el gotero… pero la criatura se termina durmiendo y le ataco a la mamaíta cuarentona macizorra del sillón 10, el de mi derecha. Evidentemente, no consigo nada, pero aumento mi lista de “entradas” verbales sugerentes, y decido usar ésta en otra ocasión. Algo es algo.

Viene mi médico, con los resultados de la analítica de sangre y mi placa: nada complicado. No tengo un “abdomen quirúrgico” (ni escultural ni atlético, pienso yo, pero no digo), pero si se repite en unos días, nos vamos al quirófano. Yo a esas alturas, ya me he hecho un yonki de la Buscapina (me he metido en vena tres bolsas), y le ruego que me la recete, cosa que hace, nunca antes de reprocharme que esto me lo he buscado en parte yo por mis malos hábitos alimenticios. Le pongo ojitos de Shin-Chan y le prometo que cambiaré, que me portaré mejor, pero que me quite ya la aguja del antebrazo y me de el alta (llevo tres horas y media allí) para poder fumarme un Fortuna, o le comeré el hígado y alegaré enajenación mental transitoria.

Vuelvo a casa en coche, medio chutado, y escribo
el post sobre Marta. Me enamoro platónicamente por decimoséptima vez ese día. Nunca aprendo.

*****************************

A muchos, la vida y la salud le dan avisos cuando ya es demasiado tarde. Yo no he cumplido tres décadas de vida y mi historia clínica ya es el mejor poema que he escrito. Me siento afortunado de verlos, de saberlos reconocer.
Quiero vivir. Mucho. Mi chica me espera…

PD1: Gracias al personal del Hospital Comarcal. Bromas aparte, soy un firme defensor del sistema sanitario andaluz. Ya me han sacado de más de una. Besos.
PD2: Anfibio, contesto a tu comentario con otro, léelo, cegato…

PD3: Marta… actualiza.

19.11.06

EL CONCURSITO DE BLOGS Y LAS (QUERIDÍSIMAS) COMPETIDORAS...

A Marta no la dejaban inscribirse en el concurso de blogs de 20minutos.es... y, chica, pues qué quieres que te diga; lo cierto es que con una media de (a ver... Inicio, Accesorios... Calculadora... ummmm): 2,42 posts/mes en lo que va de año, pues no me extraña que el redactor te dijera en primera instancia, y muy amablemente que el weblog no está muy actualizadito que digamos... ten en cuenta que el ganador/a podrá (y deberá, si acepta) actualizar DIARIAMENTE...
Pero yo quiero romper toda una fábrica de lanzas en favor de Marta, y oyes, sin que sirva de precedente voy a explicar los PORQUÉSES:
  1. Marta está muy rica, como se ve en la foto que ilustra este post, y a una chica así hay que dejarle que actualice cuando le de la real gana...
  2. Marta tiene gato; yo tengo gato. Ambos tenemos gatos.
  3. Marta se ha molestado en leer mi blog y, ADEMÁS, en dejarme un comentario; ergo, Marta es mi única lectora que deja comentarios; ergo, Marta es la leche.
  4. El weblog de Marta se usa en cuadernos de campo de escolares navarros; el mío, lo han linkado en varias páginas de ONG's ecologistas después de haber despotricado contra Greenpeace en un post... Ambos aún debemos estar preguntándonos las respectivas causas.
  5. Marta se salió con la suya, demostrando que ofrecerse a invitar a un pobre redactor de 20minutos a cenar a un chino, puede llegar a funcionar como estrategia...
  6. Marta (y ahora en serio) es capaz de escribir posts como éste y, sinceramente, posts como éste perduran más allá de una actualización diaria.

Amigos todos, Marta compite al igual que yo por ese premio que muchos sabemos que no vamos a conseguir llevarnos. Pero Marta tiene MI VOTO (siempre que pueda votar más de una vez a partir de enero, y nunca antes de haberme votado primero a mí mismo, ejem...) y desde aquí quiero mandarle mis deseos de que su blog aumente de ahora en adelante su media de actualizaciones (así ganamos todos sus fans), y también quisiera mandarle mi número de teléfono (pero eso ya lo haré por mail...).

PD1: Por cierto, Rafa (ezcritor), yo siempre te he admirado (sobre todo desde que sé que formas parte del jurado) y recuerda que ya te dediqué un post antes incluso de que publicaran las bases...

PD2: Wildrose: a tí se te perdonan todas las desactualizaciones del mundo.

18.11.06


AHORA QUE YA NO ME HABLAS NI ME QUIERES...

Ahora que ya no me hablas ni me quieres, te invitaré a viajar conmigo al interior de mi cabaña de celuloide:

Primer plano: (B/N): Un hombre de aspecto cansado, con barba descuidada y pelo revuelto fuma un cigarrillo que sostiene entre los labios. Está de perfil, y parece dirigir su mirada hacia un punto concreto al lado de él. (Música de fondo: "The hug" -Lampshade-).

Una calada. Toma el cigarro con los dedos, lo retira de la boca y exhala el humo.

Fundido en negro.

Plano largo: (B/N): Playa lluviosa de invierno a través de una ventana enrejada.

Fundido en negro.

Primerísimo plano: (B/N): Mujer joven, pelo rizado y largo. Ha llorado, y el maquillaje corre por sus mejillas. Ojos brillantes. Plano desde la frente hasta los labios. Tararea la canción de la banda sonora durante unos segundos.

Fundido en negro.

(...)

Tomaremos un vino mientras discutimos sobre la conveniencia de que ambos personajes se encuentren o no en distintas estancias de la misma casa, o quizás dentro de la misma habitación, cada uno en un rincón. Y coincidiremos, por supuesto, en la fotografía en blanco y negro.

Más tarde, cuando el licor haya adormecido suficientemente los sentidos, y te deshiniba lo suficiente como para dejar que te tome la mano y te acaricie el pelo, me atreveré a proponerte que interpretes el papel principal.

Y si consigo besarte (porque en todas las películas, el chico acaba besando a la chica...) te confesaré que nunca tuve planeado final alguno para este filme...

17.11.06

OTRO (INICIÁTICO) VIAJE y su BANDA SONORA...



Llegué hasta allí huyendo. Sopesando los riesgos del camino (la lluvia, la poca visibilidad, los suicidas al acecho...), me encaminé hacia el lugar donde supuestamente encontraría el exilio temporal que mi mente me exigía a base de punzadas y golpes de añoranza.

Y llegué solo, como siempre hago. Solo en la encrucijada de senderos.

Me agencié un lugar privilegiado, rodeado de animosos pseudocompañeros de fatigas que, inútilmente, intentaban armarme y adiestrarme en el arte del malvivir moderadamente.

Entonces apareciste a mi izquierda. Tan bella como jamás fui capaz de soñarte, de escribirte, de tocarte... con tus labios apuntando hacia la promesa de un día, una semana, un año; una vida mejor. Y miraste hacia tu derecha. Y sonreíste... y tomaste un trago de esos que te obligan a levantar la nariz y casi a entornar los ojos. Y cambiaste tu posición estratégica para que nos tuviéramos de frente, con las rodillas juntas y apuntando directamente al objetivo, como cuando se alinéan los misiles en las guerras frías, retándose, fusilándose con miradas que inspiran versos y frases como "...cuánto te echo de menos...".

Suena una canción muy conocida. Muy buena también. Yo me la sé. Y tú. Así que tarareamos, con el cigarrillo prendido en una mano. Tu marca lleva mis iniciales y, cuando el cantante encara la segunda estrofa, yo me transfiguro en ese cilindro humeante que tú te llevas a la boca, y siento un escalofrío de esos que, según los más ancianos, pueden llegar a dejarte ciego. En el estribillo, los dos cantamos elevando nuestra voz y volvemos a mirarnos. Ahora sí me estás mirando de frente, directamente a mi... y sonríes de una forma tan franca, que el tiempo se detiene (como ya lo hizo otras veces en tantas otras campañas...), y yo te devuelvo la sonrisa del reo que se entrega voluntariamente.

Recuerdo los versos de Gil de Biedma:

IX

¿Fue posible que yo no te supiera
cerca de mi, perdido en las miradas?

Los ojos me dolían de esperar.
Pasaste.

Si apareciendo entonces
me hubieras revelado
el país verdadero en que habitabas!

Pero pasaste
como un Dios destruido.

Sola, después, de lo negro surgía
tu mirada.

La música empieza a sonar. Pero la música no "suena" cuando ellos la hacen. La música VIVE, con todas sus consecuencias.

Tú eres de otro, de otro al que admiro. Y eso me admira aún más. Brindo por él.

De regreso, encuentro a una aliada con la que sortear a los que antes han caído durante la marcha de retirada.

Y, ya en la cueva, solo. De nuevo.

16.11.06

FEVER…

Me encanta cuando aparecen, porque siempre traen cerveza, y siempre arrastran a cuestas las ganas de ser persona.

He aprendido a vivir soportando las “fiebres” de las personas. En especial de las chicas:

La fiebre que a veces sienten por ti; es cuando, un buen día y sin esperarlo, te conviertes en la persona más “guay” del globo terráqueo. Todo lo que dices es gracioso, ingenioso o inteligente. Te llaman y te mandan mensajes para quedar, e incluso te agregan al Messenger y, de cuando en cuando, inician conversaciones insustanciales contigo, que suelen terminar con el icono de turno representando “el besito”. Tardas un poco en darte cuenta de que no eras más que el producto de moda, el mono de feria que, en ese momento, tenía la sagrada misión de alegrar un poco el ambiente, o de darle un aire un tanto más poético. Y, claro, todos los productos de moda, terminan pasando de moda. Un día, cuando eres tú quien propone la cita, te encuentras la evasiva, que irá acompañada de otra, esta vez sustentada (y así progresivamente) en una excusa cada vez más incongruente y difícilmente creíble…
Cuando ellas creen ver el mínimo atisbo de que quieres tirártelas o clavarle la lengua (a veces aciertan; otras no), puedes considerarte un auténtico apestado.

La fiebre que a veces sienten por ellos mismos.

La fiebre que, demasiadas veces, sienten por algo que no existe. Ni existirá…

Pero ellos, cuando aparecen, se muestran sanos. Su temperatura no les delata. Y casi siempre traen cerveza, y arrastran a cuestas las ganas de ser amigos.

Un día patentarán su antipirético y nos lo gastaremos todo en barriles y en unos ceniceros decentes que se vacíen solos…

15.11.06

BÉSAME…

Acaban de descubrir un analgésico natural en la estructura de la saliva: la OPIORFINA, seis veces más potente que la morfina… y yo llevo demasiado tiempo enfermo, y sintiendo el dolor, y sintiendo la enfermedad del que no siente, y enfermando del dolor del que no se siente sentido…

Cúrame. Y deja que te cure.
Bésame.

14.11.06

QUE NOS QUITEN LO BAILAO... NOSOTROS SÍ QUE SABEMOS.

Acusadme de simplista, o de no querer exprimirme demasiado las neuronas... pero os equivocáis. Yo solía ser ese tipo ansioso por conseguir cosas, por poseer la sensación de "tenerlo todo atado" a mi alrededor, por legar a mis semejantes un nombre de referencia (el mío), un ejemplo a seguir (el mío), y un nivel de vida (más que) confortable para mí y los míos.

Acusadme de "cómodo" si me ciño a esa estúpida frase hecha, ese supuesto provebio que reza que "si los problemas tienen solución, por qué preocuparse; y si no la tienen, por qué preocuparse"...

Pero es que no es simplista, estúpido ni cómodo empezar a entender que una de las cosas que dan sentido a esta puñetera (y corta; y finita; y única) vida, es tumbarme a la sombra, sobre el césped, en un mediodía de junio, con una buena cervecita en la mano, y mi sombrero de la Romería...

(Foto: Antonio, en la XXX Romería de San Antonio, en Torrox. 2006).

13.11.06

QUIERO SER ASESINO A SUELDO…

Uno, dos, tres. Hasta mil. Los chicos de la “científica” van a flipar conmigo. El gremio de forenses me propondrá para la medalla al mérito civil. Las carreras universitarias de sus hijos, de sus nietos, van a estar aseguradas.

Arma blanca, arma de fuego, arma blanca, arma de fuego. Tic, tac. Sin huellas. Grisom, te jodes: ésta vez la partida la gano yo… vete a tu montaña rusa a vomitar el sandwich de mediodía…

Se reproducen como cucarachas… es mi misión: tengo que acabar con todos antes de que ellos acaben con nosotros. Un tipo con un lunar en el párpado me lo dijo: “hijo, son ellos o nosotros… mi organización ha decidido tomar cartas en el asunto. Te venimos observando desde hace tiempo; eres el mejor. Este trabajo está hecho a tu medida…”.

Además, paga bien y pronto. Pero no, no lo hago por dinero: me mola arrastrar traumas de por vida, soñar con sus deformes caras cada noche. Y aún así, no tengo remordimientos... Una pesadilla, dos pesadillas, tres pesadillas… Tic, tac. En este oficio no hay horarios… Pero… ¿quién coño ha puesto el despertador? ¡Dejadme dormir, dejadme ya, hostias!

¡Ácaros, malditos ácaros! ¿Es que no hay forma de tener esta jodida casa limpia y con olor a pino?

(Oigs).

YO TE DEDICABA GRANDES DISCURSOS...

Después de que te fueras, solía soltarte unos discursos muy largos…
Te hablaba todo el tiempo, a todas horas, aunque estuviese solo.

Me pasé meses hablando contigo…

Y ahora no sé qué decir.
Era más fácil cuando sólo te imaginaba.

Incluso me imaginaba tus respuestas, teníamos grandes charlas... los dos.

Era casi como si estuvieses ahí. Te podía ver, oír, oler… Podía oír tu voz.

A veces me despertaba tu voz, en medio de la noche, como si hubieses estado al lado.
Luego... se iba lentamente.
Ya no te podía ver. Intentaba hablarte alto, como antes, pero ya no había nada.
No te podía oír.

Entonces... desistí. Me di por vencido. Todo se detuvo.

Tú... habías desaparecido. (*)
Pero todas las mujeres siguen teniendo tu voz. (**)
(*) "Paris, Texas", Win Wenders, 1984. En la imagen, Nastassja Kinski en un fotograma de la película. Monólogo reproducido literalmente...
(**) El púgil, 2006.

12.11.06

VENDETTA

Si matas a mi gato... yo mataré a tu perra y a todos sus cachorros.

Si tocas mi buga... yo volaré todas las autopistas, carreteras y caminos por los que un día pudieras pasar.

Si insultas a mi gente... yo convertiré a tu gente en mi gente, y te darán de lado.

Si destrozas mi vida... yo la viviré desde entonces para que tus hijos no vivan en paz ni un solo segundo.

Ya te lo dije: en Greeblech hacemos las cosas a nuestro modo; o no las hacemos.

11.11.06

EL “MI” SE APODERA DE MÍ…

Podemos llegar a sonar muy bien versionando a algunos clásicos… podemos sacar una canción de oído casi a la primera y hacerla medio decente a los cinco minutos. Podemos componer un tema en cuatro ratos, siendo conscientes de qué es basura; de que sólo se trata de pasar el tiempo y de sacar tiempo para vernos…

Pero sólo sonamos bien, realmente bien, cuando improvisamos en el acorde “mi”.

Hay por ahí uno que dice, tras la tercera botella de vino, que los perros sólo tienen dos opciones: o son CRISTIANOS puros, o son ANARQUISTAS ROMÁNTICOS. Cuando abrimos las puertas del local, para ellos somos los dioses, y muestran su lado más servil y adocenado. Su lado más ridículo, más “esclavo” y absurdo. Comienzan a hacerse carantoñas entre ellos, mirando de reojo por si los vemos; demostrándonos su total sometimiento… pobre especie reducida al espectáculo de la domesticación…

Para nosotros, el acorde “mi” es como un cánido que mueve la cola y saca la lengua esperando la orden… sí, somos los putos genios, los putos amos y los putos maestros del acorde “mi”. En todas sus variantes. Si le ordenamos al acorde que busque el hueso, él volverá de vuelta portando el esqueleto. Si le obligamos a tumbarse en el suelo, él se fundirá con el sustrato terráqueo…

Oh, Dios… cuántos acordes y cuan poca vida para domarlos a todos…

10.11.06

CRASH YOUR TV…

Esta noche he puesto la tele en blanco y negro. Me sentía nostálgico. A pesar de mi juventud, en casa no tuvimos nuestra primera tele en color hasta 1986 (cuando yo contaba ya con siete años; me he criado en un ambiente tan sencillo, humilde y relativamente austero, que a día de hoy no me canso de agradecerlo…); así que puede decirse que los momentos más “impactantemente” televisivos de mi vida han tenido lugar bajo la magia del blanco y negro. Cuando todos los chicos recordamos a Barrio Sésamo, a la Bola de Cristal, etc., la gama cromática de mi memoria es limitada.

No sé.

Parece como si todo fuese así más fácil. O, al menos, lo intento, porque ahora necesitaría más que nunca que todo fuese un poco menos complejo. Menos melancólico.

Incluso el spot de la súper-financiera que reunifica todas tus deudas en una para ahorrar intereses cobra otro sentido más humano con la tele así: me imagino, acariciando a “Lucas the cat”, que existe el teléfono (gratuito) de otra súper-empresa que se encarga de englobar todos tus lamentos y todas tus tristezas también en una sola, para ahorrar en lágrimas… Sonrío. Algo es algo, y Lucas también lo agradece con un ronroneo. Creo que es porque Lucas es tan hermosamente negro por naturaleza, que se encuentra, con este cambio, más integrado en el salón…

No sé.

Igual me estoy haciendo un poco mayor…

VIERNES Y KEBABS...

Hoy he vuelto a pasar por la misma calle, por la misma plaza que dirigía hacia la comisaría, en aquella ciudad; como cuando fuimos a denunciar el robo de aquel bolso. Su bolso. Y después de que los agentes nos ignoraran, nos besamos furtivamente, pero a los ojos de todo el mundo, en la misma plaza del Teatro donde esta noche se besaban aquella rubita de los pelos rizados y su chico. Me paro casi junto a ellos, con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, y les miro, y me pregunto si quizás ella también esté a punto de casarse con otro… Pero ellos no me ven, no se percatan de mi presencia. Aquella noche de invierno, nosotros tampoco sabíamos si el mundo seguía girando sobre su eje, o si se había tomado un descanso. Y no sabíamos si algún chico nos miraba con las manos metidas en los bolsillos preguntándose si ella se iba a casar con otro, y no con aquel al que estaba besando con los ojos cerrados. En nuestro caso, hubiese acertado.

Ha sido realmente jodido pasar por la misma calle, por la misma plaza.

9.11.06


COSAS QUE TE LEVANTAN EL ÁNIMO...


Si Quique San Francisco puede interpretar la versión teatral española de "Misterioso Asesinato en Manhattan", en el papel de Woody Allen, y además hacerlo de puta madre...
Si Bush declara en público que "la pena de muerte en la horca para Sadam representa un lagrante éxito para la jóven democracia que se está instaurando en Irak", y todavía no le han frito a salivazos en plena vía pública (eso sí, ya ha perdido el Congreso y va camino de perder el control del Senado)...
Si a Rafa le mandan fotos de chicas en tetas con declaraciones de amor tatuadas con rotulador, aún después de autodeclararse el isleño más misógino de la historia de las Canarias(http://www.micabeza.com/tequiero.htm)...
Y si Trujillo, la ministra de vivienda, todavía se mantiene en el cargo y no se ha tomado un chupito de cianuro en justa compensación por su apatía, desidida, y por hacer universal justicia con respecto a sus escasas pero legendarias declaraciones en público...
¿QUÉ NO PODRÉ HACER YO, JA, JA, JA, JA....?
(Mi gato y yo nos hemos levantado optimistas... aunque digan que un optimista es un realista desinformado...)

8.11.06

¿...Y QUÉ ES UNA MUSA?

¿Sólo nos inspiran los amores frustrados; los materializados, por contra?
No.
A veces, un gesto, un rostro... un perfume. Una sonrisa.
A veces, el poema anda enquistado en una maraña absurda de células de cotidianidad absorbente, de rutina gelatinosa y espesante... y la "musa" (concepto; sexuado o asexuado) se revela como "tenaza salvavidas" que desintegra los nudos, las mordazas.
En septiembre de 2002 (gracias Isabel, apuesto a que nunca lo imaginaste...):

CONFIRMACION DE LA TRAGEDIA VENIDERA


Intento describirte en cada uno de mis versos
Sabiendo, de antemano, lo imposible de mi empresa.
Anduve largo tiempo sin un rumbo, por tu senda,
Buscando las palabras que calmaran mis excesos;
Estuve, ya de noche, tocando tu pelo en sueños,
Logrando en un segundo, detener esta tormenta.

6.11.06

TIPOS DUROS...


Los chicos de Greeblech resolvemos las cosas de otra manera. Siempre con la pipa o el antirrobo de la moto a punto. Hoy me contó un amigo de uno que, si le aciertas a un tío en la barbilla, desde abajo, puedes tenerlo inconsciente durante más de diez minutos; o si le das en una oreja a palma abierta, el dolor que le dejas en el tímpano por el vacío que hace la mano, lo tumba en el suelo gimoteando... Sí, los chicos de Greeblech sabemos ese tipo de cosas...
Los chicos de Greeblech somos tipos duros...
Y vamos a la óptica del colega de un colega para pillarnos las mismas lupas de sol que los CSI de la tele. Y no lloramos. En Greeblech no se llora, cojones, llorar es para los débiles y para los que son incapaces de pasar la segunda pantalla del "Gangs of London".
Los tipos duros de Greeblech sólo oímos a Metallica, a Nirvana y a Camarón, aunque, si una niña pija nos pone una cinta de reggaeton mientras nos lo montamos con ella en el asiento trasero del A3, también vale siempre que al final nos la chupe y se lo trague. Pero luego nada de besitos.
Y es que todos, absolutamente todos los chicos duros de Greeblech lo pasamos jodídamente mal de pequeños cuando la palmó la madre de Bambi. Y eso curte...

5.11.06


MI CHICA ME ESPERA...

Mi chica me espera en el ático, desnuda y lista para el amor. Para susurrarme al oído lentamente, como silbando una canción confortante, y recordarme que somos, el uno para el otro, el valor de consumo existencial más preciado y menos devaluable. Me añora tanto como yo a ella… aunque no me conozca… aunque yo pasara más de mil veces junto a ella por las calles, por las avenidas, y nunca la reconociera aún…

Mi chica me espera entre el frío de la mañana del sábado que nunca quiere acabar; y siempre será invierno, para arroparnos en el ático…

Sé que existe; aunque no cuando.


(No es ella… pero puede que se le parezca...).

4.11.06

NUBES...

"El amor, en su absurdidad, nos tienta con una nube de falso optimismo..."

(del film "Amor Idiota").

Llueve, está lloviendo. Aunque no lo suficiente.
Ya no es mi preciosa ciudad.
Ya no es mi preciosa musa.
Ya no.

3.11.06

"ASÍ MUERE UN HOMBRE ANTE SU SOMBRA..." (El anfibio, Réquiem, 1999).

"Quizás algún día lo entienda. No lo sé. Aún puede que sea un inmaduro en este inmenso mar oscuro al que se le llama mundo. Incluso hay veces que me siento parte de él, como si yo fuera una pieza básica en este gigantesco puzzle. Pero para qué engañarme... no lo soy.

(...)

Parece que desde hace mucho tiempo, se ha inicado una carrera para ver quién es más hijo de puta, egoísta y egocéntrico, pero todavía no he conseguido averiguar cuál es el premio para el ganador; aunque lo que sí tengo claro es que, sea cual sea el premio, yo no participaré.

(...)

No lo entiendo. No quiero entenderlo. No tiene lógica. Al llegar la noche, me duermo deseando despertar de esta pesadilla. Pero, por mucho que lo intento, no puedo hacerlo. Quizás no sea yo el que tenga que despertar.

(...)

Durante siglos, el hombre ha buscado una máquina del tiempo capaz de transportar la materia a otro momento o lugar. PERO ESA MÁQUINA YA EXISTE. Sus piezas son la música, las olas... capaces de llevarte a un mundo muy diferente a éste, donde no existen leyes, donde te respetarán siempre. Son refugios en plena tormenta, salvavidas en pleno temporal, oxígeno en un lago anóxico.

(...)

Llevo un par de años en esta parada, o quizás más, y han pasado muchos autobuses, pero no iban hacia mi destino. Seguiré esperando, con la incertidumbre de si algún día llegará. Quizás algún día llegue. No lo se."


ADICCIONES PELIGROSAS

"Todos somos adictos a algo: el olvido, los recuerdos... sólo es cuestión de encontrar la emoción que canalice el vicio..." (del film "Hipnos").
Esta aseveración no deja de darme vueltas por la cabeza... ¿acaso no sería más correcto decir que sólo es cuestión de encontrar el VICIO que canalice la EMOCIÓN?
Yo tengo un vicio: TÚ.
Y por eso, tengo que desintoxicarme. YA.

2.11.06

EL PUNTO DE INFLEXIÓN: POÉTICA Y VIVENCIA...


Este poemario fue escrito con las vísceras; con la mirada, las manos y el corazón de alguien a quien la vida le estaba dando otra oportunidad, y que a día de hoy, aún no sabe muy bien si la está aprovechando...

"VIDA Y OBRA DE UN PÚGIL SIN CONTRINCANTE (2005)"



LA LUZ


La luz, la que emana, la que penetra…
la que regalas, la que reflejas…
Tu luz; en las terrazas y las riberas,
junto a mi cama en la duermevela…

La noche vuelve a las canaletas
y a los sonidos, y a las libretas…
la noche vuelve a ser del poeta,
y la luz… tu luz es noche
en las travesías de mi ceguera.





TORMENTA

Y hasta que llegue la tormenta
de primavera, y sus tibias aguas…
¿Qué haremos con los colgajos
que vinieron tras la helada?
¿Quién guardará celosamente
al corazón maniatado, a
la mutilada y demente
sed de sequías invernales?
Hasta que llegue el granizo purificante.
Negra, gris, blanca. Nube.
El ensordecedor trueno del poniente.
La chimenea apagada, y el humo que sube
a encontrarse con el sutil torbellino desecante
que desterró al inexorable sendero
de los mapas y los gradientes.

Hasta que llegue la tormenta
de primavera, y sus tibias aguas…
¿Dónde ocultaremos a los impúberes
niños imberbes, a los cobardes,
para que no se vayan?
Hasta que lleguen las cálidas brisas.
El rayo que es beso. La luz que arde.




SIETE U OCHO DÍAS

Tú.
La efímera vida del aerosol marino que,
en su breve estancia todo lo corroe
y lo impregna y lo perfuma.
El coito de la ola y el viento,
la eyaculación prodigiosa que viaja.
La autosuficiencia a prueba de las
quietas figuras litorales que esperan
a ser visitadas y admiradas.

Tú.
La leve visita de la estación de las lluvias
y de las nubes solteras.
El abrazo del cielo y la tierra,
el llanto reprimido; la catarsis acuosa.
La valentía a prueba de los seres noctámbulos.
El pariente lejano de la noche que
se persona en la plenitud diurna.

Tú.
La acotada emoción de la canción evocadora.
El sobrecogimiento alado que sobrevuela los mundos
y las cabezas bienpensantes.
La costumbre a prueba de los muros y las cancelas.
El poema, las notas; el grito errante.
Tú.




SIETE U OCHO PRIMAVERAS


Azote de la calma y del descanso de la tarde.
Te apoderas de mi cama y del refugio de mi sueño;
compulsiva centelleas en las sombras de mi pecho,
engulléndome en la llama que bien sabes que no arde.

Veleta sobre el tejado del granero emigrante.
Te adueñas del paisaje y el devenir de los vientos;
malévola susurrasle el abono al prado yermo,
y niegas risueña el remedio a quien implora que lo salven.

Plena irrumpes en la sala,
con la zarpa siempre en ristre, y la sonrisa del viernes.
Te hubiera observado durante todo un siglo.

Presta abandonas la casa,
y extiendes delgadas alas que te impulsan torpemente;
desnudas, obviamente, del plumaje requerido.




LA MUERTE DE LO EVITABLE


Porque un poeta lo es para siempre,
como lo son las aguas enrabietadas,
como lo es tu mano en mi espalda;
la tuya, la suya… la serpiente…

Por eso yo hubiese claudicado
ante una vida irrelevante y adocenada,
predecible, silenciosa y remunerada
con papel y metal vil acuñado.

Y heme aquí, desnudo y tembloroso;
derramándose mi tinta
tras cortarme todos los versos.

Heme aquí, inmerso en el destrozo:
la musa ha quedado en cinta…
pronto vendrán nuevos besos.




AÑORANZA MULTIPLICADA


Quiero verte lejos de ese mal que nos acecha…
y sueño con llevarte a un mundo color de cielo…
quiero dormirme al lado de tu blanco pecho siempre…
labrarte y recoger cada verano esta cosecha,
peinarte cada noche con mis dedos los cabellos…
hacer de este amasijo de poemas que te siente
un siervo agradecido que te extraña y que se anhela.





FINITUD

Y si nada es de por vida;
ni la misma vida propia…
si todo madura y atrofia;
si cicatriza la herida…

Si al final de la partida
no se repite la historia…
si estas almas son las copias
de otras almas, otras siglas…

¿Quién quedará en la entrepuerta
para sellarnos la mano
y recoger los abrigos?

Noche y silencio. Reyerta.
El gallo despierta temprano
y me miente… y yo le sigo.






INFINITUD


Porque prefiero
la muerte atroz junto a ella
a la vida
sin el olor de su cuello.

Porque recuerdo a Miguel
y, yo también,
cada luna, cada sueño,
me voy perdonando la vida
sin saber ni conocer.

Un día, sujetos por ramas,
nos miraremos el alma,
y limpiaremos la sangre
que paró las maquinarias.
Y reirás. Y lloraré. Y ya
no querré respirar
más que el aire de tus dientes.

Y sabrás. Y veré.
Porque mi sangre limpia tu sangre
y tu saliva, dulcemente,
me adormece y me calma el hambre.





SETENTA Y DOS NOCHES DE ESTÍO


“Cómo gasto papeles recordando…
cómo me haces hablar en el silencio…
cómo no te me quitas de las ganas,
aunque nadie me vea nunca contigo…


Y como pasa el tiempo, que de pronto son años…
sin pasar tú por mí, te tenía.”

SILVIO RODRIGUEZ

El deseo se torna sobrenatural y doloroso.
La cuenca se seca,
y la ribera yerma
lagrimea, y añora el riego de los labios de miel.

Y ya no quedan fuerzas para ensoñar una vida
esperando una caricia… que quizás no exista.

No quedan lluvias. Pardas orillas.

Hoy es el día.

El deseo me gana la apuesta, sabedor
de tus salivas,
y tus sequías
secan los bolsillos andrajosos y mugrientos.

Hoy es la noche. Hoy el ronco canto del cisne.

Hoy ya no quedan ganas de canjear una vida
ahuyentándose un sudor… que tal vez no exista.

Nubes, brisa… Hoy es el aguacero…

¡Como ave de cría en su nido, el matorral crepita
y se engarza; el camino polvoriento
levanta su telón en señal de victoria, y la cigarra
detiene su obra antes del tercer acto!
La ribera se sume en el más espectral de los silencios…

Y pronto el baño de luz, la llama de nuevo incipiente…

Hoy tampoco hay otoños de almíbar para el huerto.

La cuenca se seca. Tu barco se muere.





Luna y consuelo


Y todo de madrugada,
hallando el ansiado consuelo a la luz de la única luna,
al abrigo de las gotas que caen y que resuenan.
El hombre que desdeña su fortuna
y vaga silencioso por la estepa,
renace y se amamanta con la luz de la mañana.

La arena iluminada por vapores.
El hombre que barrunta su plegaria.

Y todo en una vida,
buscando la piel que no late en la piel que se reclama,
bebiéndose a sorbos el llanto; vaso a vaso su veneno.
El hombre que apaga la llama
y que batalla contra el sueño,
se proclama el salvador de su especie ya extinguida.

La senda iluminada por rumores
de una hoz y una guadaña imaginarias.






Nosotros, lobeznos


“¿Y por qué esperar… para qué?
¿Por qué esperar… di, para qué?”

MAGA



A nosotros, a los que vivimos huyendo de la recalcitrante claridad.
A nosotros, los que soñamos sin necesidad de mover los párpados.
Nosotros, los que buscamos el refugio desesperadamente.

Nosotros, sin vosotros. Vosotros, sin nosotros.

Inmersos en la profundidad del acorde, en la desesperanza de lo caduco,
en la mística de lo ínfimo, de lo ridículo.
Aferrados a la memoria, a la comedia de lo irrepetible.

A nosotros, incomprendidos. A vosotros, los bienaventurados.

¿Nos llegarán los ecos divinos, la carcajada inmortal,
la metamorfosis depuradora, el lienzo que componga, al fin,
la imagen que habrá de postergarnos al olvido?

¿Hallaremos al fin la muerte sin navajas,
agujas, elixires o saltos iniciáticos?

A nosotros, la noche. A nosotros, el humo corrompido.
A nosotros, el dolor gozoso.








FUGA

La fuga. La anhelada fuga.
La premonitoria ruptura del cordón de plata.
El húmedo y mugriento manto de hojarasca
que, impávido, a mis puertas se acumula.

Y ese silencio… y esa sonata…
ese poema que la madrugada exuda…
La fuga. La irremediable fuga.
El viaje penitente por sobre la borrasca.

Ocho décadas de espera empacándose las letras
trazando el itinerario entre compases absurdos…
curándose con canciones los grilletes y las sombras.

Y este vacío… y esta tristeza…
este grito que evadirá al mundo…
La fuga. El plan. El viaje… estos versos que me sobran.










REGALO DEL VIAJERO A MABEL


“Mabel no existe… no estuvo…
ella es un destino hacia el que todos,
tarde o temprano,
terminamos dirigiendo nuestros pasos…”




Ya no se siente el ruido en los bolsillos.
¿Ya ha cesado el tintineo inoportuno?

Tiempo ya de repostar, limado un trecho,
de aliviar la maleta. De lustrar el escudo.

Los pies, anegados de tus cinturas… las manos
asidas al cuello que nadie sostuvo.

En mi peregrinar te extraño, Silencio.
Nunca cesa el tintineo inoportuno.

Con tus señales y tus pisadas, Camino,
va cesando el tintineo inoportuno.

La noche y su amante en este verso…
El alpinista y su embriaguez en estado puro,

y la hoja entre el cuaderno y sus hojas…
y el macilento dedo entre el dedo oscuro…

Se engrosan, viaje a viaje, los apareos del alma,
conforme cesa y se calma el tintineo inoportuno.





SEGUNDA OPORTUNIDAD


La ciudad te reverencia sorprendida.

Tu paso desafiante… las luces,
las aceras, las advertencias,
los miles de testigos protegidos
que falsearían declaraciones juradas
por no delatarte con sus dedos…

Tu caprichoso contrapeso,
tu desafinada guitarra…
tu melodía disonante y mi rabia.
El coloso se ha calmado ante tus ojos
y se duerme ya en la noche de los tiempos.

Alguien te aguarda a la vuelta de la esquina.

Amaneceres rojos, rojas luces,
rojos cabellos, cabellos y espejos…
El humo que se escapa de tus dientes
y enturbia el cielo, y enfría
la temprana estación de las flores…

Tu acorde estridente y tus balas de hielo,
tu melodía asonante y mi reflejo…
tu oración diaria a los pies de la cama.
La catarsis hecha un mar de olas furiosas
que se mueren en mi costa, sin remedio.

El viaje no acaba cuando se apaga el día.






ANCHA Y ABURRIDA

Me repito una y otra vez;
me salpico con mi propia esencia
manchándome de tu presencia
y con tu mirada soez.

Recuerdo que debo olvidarte,
nada quedó en las esquinas de la memoria…
sólo los restos de nuestra historia
y un souvenir del paseo por Marte…

Futuro incierto de un bello presente.
Tremebundo reflejo de cristal opaco
que me muestra lo que soy.

Busco a tientas el pilar que me sustente,
beber de tu elixir envenenado,
calmarme de este ansia que te doy y que me doy.


(Con Daniel Atencia.
Primer día de viaje. Ciudad Real).





NADA

Nada pretendo con esto.
No me juzguen ustedes tan duramente.
Soñar es lo que quiero.
Llevar mis zapatos tan lejos como alcance
la onda expansiva y el aguacero,
el impulso torpe, el gesto disconforme,
la nuca desnuda y el beso vehemente.

Olvidar. El viaje. El guante.
La luz que busca en el suelo.
La triste vida y la obra
de un púgil sin contrincante.

Nada pretendía con esto.
No señalen con sus dedos, no clamen.
Arribar al destino, cualquiera que fuere,
a lomos de la bestia que muere
al alba, entre disculpas.
La peregrina me esconde en su cesto.
Olvido. Viaje. Guante.

Mandíbula rota. Sentencia cumplida.
La luz que encuentra en el suelo
la triste vida y la obra
del púgil de alma suicida.


(Segundo día de viaje. Barcelona).





K.O.

La gota en la baranda.
Las brumas hacen acto de presencia
ocultando los sonetos
que divisábamos en el tiempo del ansia.

Precipita con sabor a salobre
de mis ojos y de tu sexo,
y conduces tu vida tras los barrotes
sucios de cristal humedecido;
a la par, yo sujeto el timón
abrasándome en el deseo
de que cesen los días y las noches.
Ajena, tarareas la canción de despedida.

Sólo quedarán imágenes, postales
enmarcadas en el salón de trofeos.
Yo seguiré impartiendo mis lecciones
de desasosiego, y tu mirada discente
se mantendrá fuera del aula.
Yo seguiré interpretando tu drama
y, tras la cuarta pared,
sólo tú retendrás el aplauso.

Ya cesa. Ya amaina. Perfume
de asfalto mojado, salobre
de tus ojos y mi sexo.

(Cuarto día de viaje. Castellón).

1.11.06

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