¿Sólo nos inspiran los amores frustrados; los materializados, por contra?
No.
A veces, un gesto, un rostro... un perfume. Una sonrisa.
A veces, el poema anda enquistado en una maraña absurda de células de cotidianidad absorbente, de rutina gelatinosa y espesante... y la "musa" (concepto; sexuado o asexuado) se revela como "tenaza salvavidas" que desintegra los nudos, las mordazas.
En septiembre de 2002 (gracias Isabel, apuesto a que nunca lo imaginaste...):
CONFIRMACION DE LA TRAGEDIA VENIDERA
Intento describirte en cada uno de mis versos
Sabiendo, de antemano, lo imposible de mi empresa.
Anduve largo tiempo sin un rumbo, por tu senda,
Buscando las palabras que calmaran mis excesos;
Estuve, ya de noche, tocando tu pelo en sueños,
Logrando en un segundo, detener esta tormenta.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home