La vida y la obra de un púgil sin contrincante

Yo no pedí estar aquí. Yo no pretendo entenderos ni que me entendáis. Yo no pretendo pasar a la posteridad; tan sólo, que me dejéis hacer mi vida, por extraña que os resulte...

Mi foto
Nombre:
Lugar: Torrox, Málaga, Spain

15.2.07

DE TRISTEZAS Y DIGNIDADES…

Cuando leí el post de Rafa, el “eZcritor”, sobre “El amor y las jirafas”, estaba en el Hospital. Lo hice a través de mi teléfono, que dispone de una buena conexión a la red. Mi compañero de habitación se dio cuenta de que me pasaba algo raro conforme miraba a la pantallita del aparatejo y, aunque me preguntó, no quise contestarle nada.

Unos días más tarde, le mandé un mail a Rafa sobre ese post. A mi me gustaría ahora que primero leyeran dicho escrito en el enlace de arriba y luego siguieran con lo mío…


****************

Después de que mi novia me dejara de aquella manera, descubrí el concepto de la “TRISTEZA DIGNA”. Luego de unos días (o semanas) de encierro voluntario, abulia, llanto y todo el pack completo que se vende en estas situaciones, decidí volver a salir a la calle, a los bares que solía frecuentar, a las casas de los amigos de verdad o a las de mi familia…

Cuando alguien me quería sacar el tema, mi mirada fulminante le disuadía. Ese fue el primer paso. El segundo consistió en contestar con palabras (primero menos amables, luego más) que “prefería no sacar esa conversación a colación”. Y en el tercero y definitivo, hallé la Tristeza Digna.

No existe una definición única de lo que esto significa, por supuesto. Sólo puedo aportar la mía.

Las imágenes que tengo asociadas a dicho concepto son muy variadas, aunque predomina la del barbudo taciturno y demacrado sentado en un taburete, frente a una barra y poniendo a prueba su hígado y sus neuronas; con otra persona al lado y ya, al fin, sin evitar el tema pero sacándolo por decisión propia sólo cuando la situación lo requería (nunca me permití darle el placer de ir llorándola constantemente por todos los rincones, vertiendo penas sobre cualquier hombro ajeno… por muy ebrio que pudiese llegar a estar… hasta ahí podíamos haber llegado…).
El que se convertiría ya en “púgil sin contrincante” y, entre trago y trago de cerveza, dejaba soltar las frases con calma, metódicamente, analizando causas y efectos, recreando los hechos y los desechos para, al final, no llegar a ninguna conclusión o explicación coherente (vuelvan a leer el post de Rafa), pero depurando poco a poco el alma, filtración tras filtración.

Y mientras el cuerpo se iba transformando monstruosamente y el rostro envejecía por la pena, el chico aquel seguía apareciendo con la cabeza alta (y el semblante serio o esbozando sonrisas forzadas), sin faltar a la cita que ya se hubiera concertado.

Aprendí a llorar sin mover los párpados y sin interrumpir la conversación. Los regueros de lágrimas grandes y escasas recorrían las mejillas mal afeitadas hasta caer sobre el suelo o el pantalón. Sin interrumpir la conversación. Sin mover los párpados, como digo. Sin dejar de mirar a los ojos al interlocutor. Sin dejar de hacer lo que estuviese haciendo…

Entonces, sucedió… y todo el mundo aprendió a respetar y tolerar mi tristeza, porque era una Tristeza Digna. Ya nadie quiso seguir excavando en la mina para encontrar el metal preciado del morbo o del secreto inconfesable; porque no existía. Porque el amor, si nunca existió de verdad, no perdura…

Hoy, para mí, sí existe. Hoy, yo ya no lloro si no es porque la belleza me visite y me roce…

Hoy, cuando la veo, a lo lejos, río y me carcajeo; incluso me regocijo… porque ella (pobre de ella…) me ha enseñado a distinguir otro curioso concepto: la Dignidad Triste... su falsa, fingida y artificial DIGNIDAD, tan TRISTE de contemplar por la calle, en las aceras…

Quedo en paz conmigo mismo...

Gracias, Rafa. Y feliz cumpleaños (no me olvido...).
**************
PD1: Hoy es un día muy significativo para mí. Es un aniversario que podría haber sido triste. Podría. Hoy no hay comentarios, perdonadme... Sólo quería escupirlo y quitármelo ya de encima, que iba siendo hora...
PD2: El concurso sigue en marcha... y el premio casi listo...