La vida y la obra de un púgil sin contrincante

Yo no pedí estar aquí. Yo no pretendo entenderos ni que me entendáis. Yo no pretendo pasar a la posteridad; tan sólo, que me dejéis hacer mi vida, por extraña que os resulte...

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Lugar: Torrox, Málaga, Spain

20.1.07

Balbo me dejó boquiabierto…

Él y yo somos los únicos de la “peña” que tenemos piso o apartamento propio y vivimos a tiempo completo en él con todas las tareas de limpieza, colada, cocina…etc., incluidas en el lote. Y además lo hacemos desde hace bastante tiempo. Sí, somos unos “privilegiados”, emancipados y propietarios a nuestra edad, aunque no es menos cierto que ese status también viene, en gran parte, como resultado de unos cuantos años de bastante trabajo y sacrificio… y los que quedan, claro, para terminar de pagar la hipoteca…

El caso es que cuento esto porque, siendo las cosas así, no es raro que nuestras respectivas casas se conviertan muchos fines de semana en las centrales del ocio de muchos de nosotros. En la zona donde vivimos, el invierno es bastante aburrido y adormecedor. Contrariamente a lo que se podría pensar, nuestra parcela de la Costa del Sol se ha ido especializando en un tipo de turismo “de la tranquilidad”, residencial, y principalmente enfocado a un turista-residente jubilado y con ganas de encontrar un retiro sosegado. Hace veinte años no era así: hordas de jóvenes alemanes, belgas, ingleses llegaban a nuestras playas, y florecieron pubs, discotecas y garitos de todo tipo. Se practicaba el sexo, se bebía, se reía… una noche podías salir solo, sin plan, y nunca sabías cómo ibas a acabar la mañana siguiente, pero era seguro que daría lugar a numerosas anécdotas, que te lo ibas a pasar en grande… Yo lo viví de pequeñito, cuando mis tíos (poco mayores que yo) me llevaban a todos sitios en el Mobylette o en el asiento del copiloto del Seat 127…

Ahora, si no coges el coche y te vas a Málaga o a otros pueblos… y, claro, a veces no mola coger el coche, no hay ganas, no hay pasta… (tenemos que pagar la hipoteca y eso…). Por eso, muchos viernes por la noche la pregunta es: ¿en la cueva o en casa del Balbo? Unas películas pirateadas, algo de comer, y a la cama. Al menos, nuestra salud está ganando enteros, eso sí…

Y aquella noche, cuando Balbo me dejó boquiabierto, estábamos en su casa…

Veo, al lado del sofá, una caja. Y cuando le presto atención, me doy cuenta de que está llena de ¡comics! Balbo ya está empezando a roncar en su sofá predilecto, y el Pérez sigue atento las evoluciones de Milla Jovovich en la pantalla, pero yo me dedico a vaciar poco a poco la caja y escudriñar su contenido; cuando llega la sorpresa: la colección entera de MAKOKI… lloro de nostalgia.

MAKOKI fue una publicación que duró demasiado poco. Con editorial propia, muchos dibujantes míticos como Vázquez (“Anacleto, agente secreto”), Ramone, Langer, Calvo (“Supermaño”), Calpurnio (“Cuttlas”) o Azagra (“Partido de la Gente del Bar”, “Pedro Pico y Pico Vena”) fueron parte de su staff, así como otros que hoy ya son consagrados como Manel Fontdevilla (co-director de El Jueves). Desde finales de los ochenta hasta principios de los noventa se dedicaron a criticar lo criticable de la España pre-olímpica y, sobre todo, a crear un cómic de vanguardia, surrealista, artístico, ácido, con personajes como “Brian the Brain” o el propio “Makoki”, que daba nombre a la revista.

Lo sacaban en tinta negra, aun sabiendo que era más caro. La rentabilidad económica, obviamente, nunca fue su primer objetivo, y fue una lástima que, al final, la invasión extranjera de publicaciones manga y norteamierdicanas se los cargara (al margen de algún problema interno de egos, como se rumorea aún…).

Claro, me traje la colección prestada para mi casa, porque yo solo conservo algún número por ahí perdido entre las cajas de la mudanza (esas que nunca se terminan de abrir por muchos meses que pasen…).

Anoche, frente al número 17 (prefiero leerlos sin orden), comienzo una historieta de “Marina”, la chica-sirena que quería vivir en tierra con los “cumbayás”… y cuando estoy en la segunda viñeta, dieciséis años después de haberla leído por primera vez (dieciséis, ojo), recuerdo aún perfectamente como terminaba… No se cuantas cosas en la vida permanecen tan enquistadas en la memoria, supongo que sólo las muy buenas y agradables, o las muy malas y traumáticas.

Esta es de las buenas. De las muy buenas. Os recomiendo que os hagáis con algún ejemplar o con todos en Internet. Están disponibles…

5 Comments:

Blogger Jove Kovic said...

Estoy desbordado por la emoción, a ti también te gustan el Makoki y Cernuda . Yo echo mucho de menos al Makoki, era un icono de la Barcelona que pudo ser,y no la mierda temática para turistas modernillos que es ( más o menos como la Costa del Sol de tu infancia)
Lo de Cernuda es punto y aparte, la poesía me ha dado mucha felicidad, a diferencia de las mujeres por ejemplo, que me dan muy mala vida, pero que muy mala...

14:31  
Blogger Jove Kovic said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

14:31  
Blogger Luismi said...

Gracias, Jovecovik, por el(los) comentario(s) y por haber linkado este tu humilde blog en tu nada humilde y fantástico blog. La semana pasada anduve por tu tierra, a la cual cada día quiero más... Espero vernos pronto por allí...

01:54  
Anonymous Anónimo said...

ya sabes, que las cajas cogen polvo y acaros jeje

me ofrezco para ser tu ecológícolector de tus "jueves ya leidos", para reciclarlos visualmente jii

eibi,
si!

12:21  
Anonymous Anónimo said...

::: joer, se me han saltao las lágrimas cuando he visto que los makokis están disponibles en intenné... y yo que ando robándoselos impunemente a mi hermano cada vez que voy de visita a casa de los viejos ( eso y las tattoo magazine, claro )...

... le voy a dar una alegria ...

14:11  

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