La vida y la obra de un púgil sin contrincante

Yo no pedí estar aquí. Yo no pretendo entenderos ni que me entendáis. Yo no pretendo pasar a la posteridad; tan sólo, que me dejéis hacer mi vida, por extraña que os resulte...

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Lugar: Torrox, Málaga, Spain

26.10.06

USEN CALCETINES SIN COSTURAS GRUESAS

27 años... casi 28. Y sólo hoy caigo en la cuenta, mientras miro hacia el empeine de mi pie derecho, recostado, tras el almuerzo, de que hace ya años que nunca he tenido que cambiar de talla de zapato. Y he puesto mi máquina de economizar ingresos (también conocida como "cerebro" la mayor parte del tiempo) a funcionar para idear un plan maquiavélico y de elevada astucia: cuando lleguen las rebajas, romperé con nocturnidad y alevosía mi cerdito de barro con la cola retorcida hacia arriba, y llenaré dos....no, mejor tres carritos metálicos de hipermercado con el mayor surtido de zapatillas, pantuflas, botines, mocasines, chancletas y zapatos que jamás el hombre moderno haya tenido la oportunidad de conocer, para pasar altanero por caja y regodearme de los pánfilos que aguardan en la cola de la cajera trás de mi con sus "Bífidus" activos y sus leches de soja enriquecidas con calcio. Y sonreiré y hasta me permitiré el lujo de guiñar cómplicemente a la cajera cuando me entregue mi ticket, con la esperanza de tener una furtiva cita con ella esa noche, pues a esas alturas, ella ya se habrá percatado de mi inteligencia, ostensiblemente superior a la media nacional y parte de la internacional.

Quizá otros sigan mi ejemplo y realicen, en un acto de heroísmo inclasificable y sin parangón, la última y definitiva compra de calzado de su vida, puesto que está demostrado científicamente: el pie ya no crecerá más. Ja, ja, ja... ¿cómo puedo ser tan retorcídamente siniestro?
Me llamarán en masa los importadores, exportadores, fabricantes y diseñadores de zapatos, colapsarán mis centralitas, rogándome, suplicándome que no ejecute mi plan, que no aliente a las masas... ¡que les salve de la ruina y del colapso total! Ja, ja, ja... No duermo por las noches; me pica, de lo malo que soy...
Un momento... ¿y qué hay de los calcetines?